Saludos a todos, me da muchísimo gusto y orgullo ser el primero que escribe en este espacio, estoy seguro que muchas personas más compartirán por este medio sus experiencias, con el objetivo de podernos ayudar entre todos con las increíbles experiencias que hemos vivido con estos ángeles guerreros, que son los niños que están luchando contra alguna enfermedad crónica o terminal, que ya se curaron, o que desafortunadamente hoy ya no están con nosotros.
Soy Andrés Martínez, tengo 31 años, y hace 17 años, tuve una de las mayores bendiciones, poder empezar un proyecto que hoy es parte fundamental de mi vida, Dr.Sonrisas.
Todo empezó cuando estudiaba la preparatoria, en una clase de participación social por mala conducta, me tocó disfrazarme de payaso para ir a visitar a los viejitos, y la verdad, lo hice por obligación o por pasar la materia mas que por gusto. Ese día que llegué al asilo con un disfraz muy improvisado de payaso , recuerdo mucho la cara de alegría que tenían los viejitos, viéndome hacer las tonterías que se me iban ocurriendo.
Esos días me quede pensando mucho en como algo “tan sencillo” o improvisado como disfrazarte de payaso les podía dar tanta alegría a personas tan vulnerables que vivían en condiciones difíciles en un asilo, y lo que más me sorprendió fue que en las siguientes visitas hicimos, nos preguntaban cuando iba a regresar el payaso, aún cuando muchos de ellos tenían problemas de memoria. A raíz de esto me di cuenta de algo muy importante y esto mismo fue una de las cosas que marco mi vida, el ver como con algo “muy pequeño” que demos, podemos hacer grandes cambios en la vida de las personas; y no me refiero a dar dinero, sino a dar tiempo, que es lo mas importante que tenemos en nuestras vidas.
Platiqué con mi mama, y decidí hacer algo parecido, pero para niños con cáncer. En la escuela platiqué mi idea con un padre, el llevaba todo el tema de ayuda social en el colegio. Le propuse empezar a repartir juguetes a los niños de un albergue en navidad, así que el padre accedió y me asigno un equipo de 7 compañeros de la generación. En ese entonces éramos conocidos, pero con el tiempo nos fuimos haciendo muy buenos amigos.
Llego el día, 23 de diciembre del 2003, fue para mi uno de los días más felices de mi vida y sin lugar a dudas el más especial, todo fue mágico.
Nos reunimos a las 6 de la mañana con la idea de comprar juguetes en un mercado para poder llevarlos al albergue. Quedamos que cada quien conseguiría dinero y con eso los íbamos a comprar, pero ya estando ahí entre vimos que habíamos juntado muy poco y que teníamos que cancelar la actividad. Ahí sucedió la primer cosa mágica, un señor que iba manejado se detuvo a saludar a uno de los del equipo y le preguntó si estábamos bien, o por que estábamos ahí. Él le platicó que íbamos a comprar juguetes para niños con cáncer pero no habíamos podido juntar dinero, así que este señor ( que nunca lo pudimos volver a contactar por más que lo buscamos) hizo un cheque y nos lo dio!
Fuimos a cambiar el cheque, tomamos el metro rumbo al mercado de Sonora, un mercado muy popular en México donde consigues muy buenos precios, compramos muchísimas cosas, ahí empezamos a ver la bondad de la gente, les platicábamos para que eran los juguetes y ellos nos daban un súper descuento o nos regalaban mucho mas para poder llevárselos a los niños. Saliendo de ahí fuimos a otro mercado a comprar disfraces, a mi me tocó ser el camello, otros dos iban de duendes, uno mas de árbol de navidad, y creo que por ahí alguien estaba disfrazado de caballo o burro. Saliendo de ese mercado vimos que nos sobraba dinero y en la sección amarilla contratamos a un santa Claus y a un payaso, ya con todo esto llegamos a la Casa de la Amistad, un albergue para niños con cáncer.
Nos dejaron entrar, colgamos una piñata, el payaso hizo su show, Santa Claus les repartió los juguetes , cosas muy sencillas, pero ver la cara de esos niños, y su emoción porque Santa los había visitado y les había llevado juguetes, fue algo increíble. La oportunidad de poder hablar con los papás, oír sus historias, lo que viven, como muchas veces no pueden pasar esas fechas con sus familias, son cosas que en ese momento me pasaron y me hicieron darme cuenta de que en este mundo no estamos solos. Ese día se rompió la burbuja en la que vivía y vi la realidad que viven y sufren muchísimas personas, ese día me di cuenta que si quería hacer un cambio en la vida de las personas iba a depender de mí y solo de mí.
¡Así fue como nació Dr.Sonrisas!
A los 6 meses, buscando seguir ayudando a mas niños organizamos una fiesta en el patio de la escuela, donde pusimos comida, juegos inflable y un show
En ese evento pasó algo muy fuerte que nos marcó, los niños tenían que dibujar cual era su sueño y ponerlo en una caja, al final de la fiesta cuando estábamos leyendo esos sueños vimos uno que decía “ Mi sueño es tener cáncer como mi hermano, para que mis papás me quieran”.
Ese comentario nos hizo darnos cuenta de dos cosas, la primera era que lo que estábamos haciendo no era un juego, era un proyecto y que si lo hacíamos bien iba a ayudar de verdad a muchísimas personas y también nos dimos cuenta que la enfermedad no la padece solo el niño, sino toda la familia. Nos dimos cuenta que era importante tratar de hacer parte de nuestras actividades a toda la familia también, porque sabemos que las familias unidas son la base y la clave para poder soportar y enfrentar noticias tan fuertes como una enfermedad crónica o terminal en un niño.
Ésta es la primera parte de la historia, en el siguiente les voy a platicar de los programas que tenemos para ayudar a los niños, como hemos crecido y hasta donde queremos llegar, las historias y aprendizajes mas fuertes que he vivido en estos 14 años como presidente de la asociación y sobretodo el impacto que hemos visto en los niños con lo que hacemos.
Quiero cerrar este artículo haciendo dos cosas, agradeciendo a todos los que han sido parte de esta historia, especialmente a mi familia, a mi mamá, papá y hermanos que siempre me apoyaron y nunca me dejaron tirar la toalla, a mi novia que ha estado en todo este camino por mas difícil que ha sido, a mis amigos que se han convertido en hermanos, a todos los patrocinadores que sin su confianza nada de lo que hacemos es posible y sobretodo a los niños y a sus papás, que han sido nuestros guías y maestros en este camino, la motivación de levantarnos en cada caída, y sobretodo darle las gracias a Dios por darme la oportunidad de seguir en el proyecto, todo lo que he logrado ha sido gracias a Él, por Él y para Él. Cada día entiendo y me queda más claro que sus planes son perfectos, que no existen las coincidencias, solo las Dioscidencias y que todo lo que pedimos nos llega en el momento en el que estamos preparados para recibirlo.
Por último, un mensaje para todos los que van a leer esto. La mayor enseñanza que me ha dado Dr.Sonrisas es valorar cada día de mi vida, se escucha muy trivial, pero hay que vivir cada día como si fuera el último, viajar, reir, juegar, compartir tiempo con la gente que queremos y que nos quiere, trabajar en algo que les guste y les apasione, soñar y confiar que los sueños están para hacerse realidad y sobretodo dar gracias por todo lo que tenemos. Para mi esta es la parte mas importante, valorar y agradecer lo que tenemos y no quejarnos por lo que nos hace falta. Cuando tenemos salud, una casa donde dormir, algo que comer, ya somos privilegiados, agradezcan esas pequeñas cosas cada día, porque hay muchos niños que darían lo que sea por tener salud y cuando valoren lo que tengan compártanlo, ahí es donde van a encontrar la felicidad, no en las cosas materiales. Compartan su tiempo, no necesitan dar dinero, busquen hacer un cambio positivo en la sociedad, siembren árboles, repartan comida, visiten asilos, etc.. ¡Hay millones de necesidades en nuestro mundo y si queremos ver un cambio, solo va a depender de lo que nosotros hagamos!
Gracias por leerme y espero les haya gustado y les haya dejado algo, me gustaría recibir sus comentarios, mi correo es andres.martinez@drsonrisas.org