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Foto del escritorDoctor Sonrisas

La felicidad si es la mejor medicina


Estoy muy contenta de poder escribir para el Blog de Dr. Sonrisas. Soy Ximena Gutierrez, tengo 16 años y mi diagnóstico es Osteosarcoma, que es un tumor en el hueso, soy atendida en el Centro Médico Siglo XXI en la Ciudad de México.


Me gustaría contarles mi historia, como fue que conocí a la Fundación y como viví el proceso de mi enfermedad. Fui diagnosticada a los 14 años. Cuando recibi está noticia no lo creía, me sentía en una pesadilla de la que no podía despertar. Empecé el tratamiento, quimioterapias, poco a poco esa pesadilla se fue volviendo mi realidad. El cabello se empezó a caer junto con mis lagrimas de no entender que pasaba. Después de 4 siclos de quimioterapias cada 15 dias, me dieron una de las peores noticias que he recibido y que cambaron mi vida para siempre. Me dijeron que las quimioterapias no habían funcionado, por lo que no podíamos esperar más tiempo ya que el cáncer podría recorrerse a otro lado de mi cuerpo. Así que tuvieron que operarme y amputarme la pierna. Esto me causó un dolor indescriptible. No tuve tiempo de procesar y de entender todo lo que me decían los doctores. Fué entonces cuando me empezaron a surgir muchísimas dudas, no solo a mi, también a mi familia, que vivía este difícil proceso junto conmigo.

¿Podré caminar otra vez? ¿Dependeré de alguien el resto de mi vida? ¿Qué diran los demás de mi? ¿Qué voy a hacer yo sin una pierna?... y muchas preguntas más.


Pasó mi operación y un mes después cumplí 15 años. No podía pensar en una celebración ya que todos los planes estaban detenidos por completo. Después empezaron las vacaciones de verano, debido a la quimioterapia entré en neutropenia y estuve internada en el hospital. Recuerdo que yo veía en la televisión a todos disfrutando de sus vacaciones en la playa, mientras yo lloraba porque pensaba que nunca iba a poder ir y que nunca iba a poder ponerme un traje de baño.

Cuando pensé que no había nada ahí afuera para mí, llegó a mi vida algo que le daba esperanza. Un día mientas esperaba entrar a consulta se acercó una muchacha y un muchacho, me dijeron que eran de una fundación que se llama Dr. Sonrisas. Platicaron conmigo y me preguntaron cuál era mi sueño. Me dieron un dibujo que aún recuerdo perfectamente, era un conejo pensando en su sueño mas grande. El conejo era yo, tenía que dibujar mi sueño. Yo honestamente dudaba que me lo fueran a cumplir, pero lo hice, dibujé una playa.

Un mes más tarde a pesar de lo que creí en esa sala de espera ¡Yo ya estaba en la playa! Cumpliendo mi sueño, acompañada de mi hermana, mi mamá y una hermosa voluntaria de Dr. Sonrisas. Gracias a que hice mi sueño realidad, me empecé a dar cuenta de que todo lo que pensaba mientras esperaba en el hospital era mentira. Yo sí podía ir y meterme al mar, yo sí podía nadar como antes lo hacía, yo sí podía usar trajes de baño, y yo sí podría hacer muchas cosas más.

La verdad me gustó mucho mi sueño, me di cuenta de muchas cosas de las que soy capaz de hacer y me sirvió de lección. Aprendí que no debo decir “no puedo” o “no voy a poder” sin antes intentarlo, y sobre todo me olvide de los problemas, del hospital, de los piquetes y de las quimioterapias.

No importa si no tienes una pierna, o un brazo, o lo que tu estás viviendo, nosotros somos capaces de todo, solo nos falta dejar a un lado el miedo y creer en nuestras capacidades, pero sobretodo creer en nosotros mismos.

Yo pienso que la felicidad si es la mejor medicina. Porque sin felicidad nada de esto hubiera sido posible para mi y para muchos niños más, porque con la felicidad nos olvidamos de lo que pasamos cada día en el hospital. La felicidad supera cualquier barrera.

Gracias infinitamente a Dr. Sonrisas y a todos los que son cómplices de estos sueños cumplidos.



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