Me llamo Luis y desde el año 2018, he tenido el privilegio de ser parte de Dr. Sonrisas, una fundación dedicada a acompañar a niños que están enfrentando enfermedades crónicas o avanzadas. La misión de la organización es clara: cambiar el dolor y sufrimiento de niños y niñas, por momentos de esperanza, diversión y alegría.
Y es ahí en donde entramos nosotros como voluntarios: en cada actividad, salida, sueño, que podamos ayudar para transformar momentos. Mi experiencia como voluntario ha sido profundamente gratificante y enriquecedora. Nunca olvidaré cuál fue mi primera actividad: visitamos el Hospital Shriners para Niños e hicimos con ellos una manualidad. Fue increíble sentirme como un verdadero agente de cambio (porque real lo eres), somos responsables de
transformar momentos y eso siento que nos da un súper poder.
Cada encuentro con los niños es único y especial. Ver sus sonrisas brillantes a pesar de los desafíos que enfrentan es verdaderamente inspirador. Las visitas a los hospitales o a las actividades siempre están llenas de momentos mágicos donde la risa se convierte en la mejor medicina.
Recuerdo la vez que conocí a Alexander, un niño valiente que está luchando contra una enfermedad complicada. Al principio, estaba un poco nervioso, pero bastaron unos pocos minutos de juegos y bromas para ver cómo su rostro se iluminaba con una sonrisa contagiosa. Además él me recibió con una pulsera de regalo en agradecimiento por estar ese día con él, acompañándolo. En ese momento, comprendí el poder transformador de un gesto tan simple como hacer reír a un niño.
Cada voluntario en Dr. Sonrisas aporta algo único. Todos estamos unidos por el deseo común de hacer una diferencia positiva en la vida de estos niños y sus familias. Es un recordatorio constante de la importancia de la empatía, la compasión y la solidaridad en nuestra sociedad.
Mi tiempo como voluntario en Dr. Sonrisas ha sido una lección de felicidad y amor incondicional. He aprendido a valorar cada momento y a encontrar la belleza incluso en las circunstancias más difíciles. Cada niño que he conocido me motiva a seguir dedicando mi tiempo y energía a esta causa.
Dr. Sonrisas me ha regalado la oportunidad de vivir momentos de alegría y felicidad, además de volverme a sentir como un niño de nuevo. Si alguna vez has considerado la posibilidad de ser voluntario, te animo a dar el paso y unirte a esta hermosa familia de Dr. Sonrisas. La recompensa de ver una sonrisa en el rostro de un niño es incomparable y te cambiará la vida para siempre.
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